...

Rasca Rascaaa!!=)

Other Love Story

a href="http://www.dolliecrave.com" target=_blank title="Myspace Layouts"> Sad Love Quotes from dolliecrave.com
Sad Love Quotes

sábado, 15 de mayo de 2010

Capítulo 34 (Maggie)

Time is ticking and we can't go back, my oh my. You keep watching from your picket fence; You keep talking but it makes no sense. You say we're not responsible, but we are. You wash your hands and come out clean. Fail to recognise the enemies within; you say we're not responsible, but we are...No answers for no questions asked. Lining up for the execution without knowing why... Breaking the rule and breaking the soul. What about the world today? What about the place that we call home? We' ve never been so many and we've never been so alone.... So alone...

We Are - Ana Johnson









Mientras Alec me llevaba de la mano hacia aquel lugar desconocido por mí, yo me preguntaba cuál sería. A medidad que caminábamos, hablábamos de cosas sin importancia, como cuál era mi color favorito, mi asignatura preferida, mi chico ideal, qué hacía en mi tiempo libre, dónde pasaba las vacaciones...

Él paró de repente, haciendo que me chocara con su brazo.

- Ya hemos llegado.

Me quedé sin palabras. Era hermoso. Estábamos en un parque rodeado de árboles y flores, al que no acudía nadie. Era solo para nosotros...

- Es... Es precioso, Alec.- comenté entusiasmada, corriendo hacia los bancos de madera. Nunca habría imaginado que en Eugene, un sitio donde prácticamente todo el día llueve, hubiera un sitio al aire libre que reuniera praderas, flores, árboles... Era como un sueño.

- ¿Ves? Sabía que te iba a gustar.- comentó alegre él.- Ven, tengo que enseñarte algo.

Me volvió a coger de la mano y me condujo por la pradera hacia un pequeño árbol donde había una flor de colores rojizos hermosa. Era la primera vez que veía una igual.

- Solo florecen cada 300 años... Pero merece la pena volver a verlas.

- Es preciosa, Alec. Me ecanta. Me alegro que me la hayas enseñado...
- Espera- ordenó él, cuando iba a preguntarle algo.


De la flor comenzaron a formarse pequeñas motas de ámbar en forma de estrella, mientas la flor iba madurando cada vez más rápido e iba perdiendo su color hasta convertirse en blanco y negro. Parecía igual de suave, y confirmé mis pensamientos cuando Alec me cogió de la mano y me hizo tocarla. Alcé las cejas de asombro. Una flor que parecía haberse quemado, pero que estaba exactamente igual que antes.

- Húelela.

La olí. Tenía un olor muy peculiar, a rosas mezcladas con agua. Pero me encantaba.

- Espera.- volvió a decir.

Mientras los dos observábamos la flor con suma atención, ésta comenzó a desintegrarse, dejando en su lugar un pétalo azul aguamarina, uno de mis colores favoritos, rodeado de unas gotas de agua.

- Cada 3 siglos el color del pétalo es distinto.- me explicó.

Era increíble, simplemente increíble. No podía creer lo que estaba viendo... Tan precioso...

- ¿No lo coges?- fue lo único que pude decir.

Cogió el pétalo a la vez que las gotas caían hacia el césped lleno de flores, y, con varios movimientos de mano, lo transformó en un collar de este mismo color.


El collar era precioso, y además de tener una piedra de color aguamarina, ésta estaba rodeada por un cuadrado lleno de diamantes.

- ¿Cómo has h...?- comencé.

- Simple magia que se practica con el tiempo.- me sonrió, y, a continuación, alzó el collar.- ¿Te importa si te lo pongo?

- No, claro que no.- le sonreí mientras le daba la espalda.

Al ponérmelo noté su respiración en mi nuca, haciéndome cosquillas.

- Precioso.- murmuró, y su aliento rozó mi oreja.

- ¿Sí? Muchísimas gracias. Ha sido alucinante. Todavía no me puedo creer que hayas hecho algo así. - comenté impresionada, mientras volvía mi cabeza hacia sus ojos.

- Me alegro que te guste. Y, ahora, como ya has visto todo lo que te quería enseñar, ¿qué te parece si vamos a comer algo? No se tú, pero yo me muero de hambre.- propuso, haciéndome reír ante el comentario.

- ¿Pero no eras inm...?- me tapó la boca mientras miraba hacia los lados con cautela.

- Mag, no digas esa palabra en voz alta. Hasta el viento posee oídos.- asentí.- Y sí, a pesar de eso como, aunque en menor cantidad.

- Ahh...- fue lo único que dije como respuesta.

LLegamos a un restaurante llamado La Bella Italia. Siempre me había gustado venir aquí, aunque con el trabajo tan ajetreado que tenía mi padre nunca había tenido tiempo ni de siquiera mirarlo de lejos. ¡Y hoy al fin iba a entrar a comer!

- ¿Te apetece algo de pasta para comer?- asentí llena de alegría. A veces me preguntaba si Alec me leía el pensamiento, si los dioses le habían proporcionado ese poder para usarlo... Él sonrió cuando contesté.

- Entonces por mí no hay ningún problema.

Íbamos a entrar, pero una voz extrañada sonó a nuestras espaldas.

- ¿Margaret?- preguntó, unas octavas más alto de lo normal. Nos giramos, y vimos un chico de más o menos mi edad, con unos ojos azules incrédulos y una sonrisa a la vez contagiosa. Tenía el pelo de un color castaño anaranjado y rubizo, pero casi no se distinguía nada más que los reflejos rubios. Nada más pronunciar mi nombre corrió a abrazarme.- ¿Dónde te habías metido estos últimos años? ¡¡No puedo creer que te fuiste sin decirme nada!!- exclamó entre indignado y alegre, mientras unas lágrimas caían de sus ojos a mi piel. ¿Pero qué me estaba contando? ¡¡A este tío no le he visto yo en la vida!! Y en cambio él... Me trataba como si fuéramos íntimos. Le dirigí una mirada explicativa a Alec, quien se encongió de hombros, pero no sin antes tensársele las comisuras de los labios mientras le miraba. Me aparté de los brazos de aquel desconocido despacio e intenando poner mis pensamientos en orden.

- Hola... Esto... - miré de un lado a otro nervisa- ¿Quién eres?- mi pregunta le cayó como un jarro de agua helada y una patada en el estómago.

- ¿No me recuerdas?- preguntó con un hilo de voz.- Soy Caleb. Es imposible que no me recuerdes.

- Emm... pues.... eh.. No, lo siento, pero no te recuerdo. No me suenas de nada.- él asintió y miró a Alec con una cara llena de ira.

- ¿¿¡¡¡LA HABÉIS HECHO ALGO, A QUE SÍ!!!?? ¡¡¡MALDITOS CERDOS!!! ¡¡SABÍA QUE NO PODÍAMOS CONFIAR EN VOSOTROS POR MUCHO TIEMPO!!- gritó fuera de sí.

- Yo no la he hecho nada.- contestó entre dientes el aludido indignado.- Ella no recuerda nada porque no quiere, simplemente.

- ¿¿¿¡¡PERO CÓMO NO VA A QUERERME RECORDAR, DESGRACIADO!!??? ¿¿¿¿QUÉ LA HABÉIS HECHO????

- Te lo repetiré 8000 veces si hace falta: ¡¡NOSOTROS NO LA HEMOS HECHO NADA!!- gritó.

- ¡¡¡¡PARAD!!!!- exclamé yo, intentando que mi voz sobrepasara las suyas.- ¿¿Se puede saber qué narices os pasa a los dos?? ¡¡Estamos en un lugar público por si no lo sabíais!! ¡¡Y tooda la gente nos está mirando!! Así que- continué, mientras bajaba el tono de voz-, habláis en voz baja y como personas civilizadas, si no os importa.

- Ya basta, Caleb- dijo una voz serena y femenina a mis espaldas. ¿Por qué toda la gente que conocía tenía que aparecer detrás mía?, pensé.- Ellos no han hecho nada para pelearnos aquí...

- Daphne- suspiró-, ¿No te había dicho que fueras a jugar con los otros niños?- reprochó a una niña de 8 años, de pelo rubio cobrizo y unos ojos grises azulados intensos.

- No me caían bien. Y prefería dejarles descansar en paz.- replicó. Ella se fijó en Alec, pero a mí no pareció verme aún. Yo estaba detrás de Caleb.- ¿Y tú quién eres? ¿Otro creado más?- bufó.- Por el cielo, no hemos hecho nada. Ni tan siquiera roto las reglas.- para ser una cría hablaba con una voz bastante segura y madura.

- Daphne...- se apartó, dejándome a mí frente a ella. Daphne abrió los ojos como platos, mientras unas lágrimas emanaban de sus ojos. Y me abrazó.

- ¿Se puede saber qué os pasa a todos con eso de abrazarme?- murmuré para mí, aunque ellos debieron escucharme. Daphne se levantó de un brinco, como si la hubiera quemado, y miró a Alec acusadoramente.

- ¿Qué la has hecho, creado?- preguntó con una voz serena, aunque afilada que me hizo estremecer. Alec resopló.

- ¿Cómo os lo tengo que decir? ¡Yo-no-hice-NA-DA!- replicó él, aunque segundos después que ella le volvió a mirar, él estaba gritando y arrastrándose por el suelo.

- Lo volveré a preguntar... - comenzó Daphne.- ¿¿QUÉ LA HA PASADO??- gritó, mientras yo veía con lágrimas como Alec suplicaba que el dolor parase. Sin controlar mis movimientos me arrodillé junto a él mientras le pasaba una mano por la cara sudada y agonizante.

- ¿Qu-- Qué te pasa?- balbuceé. En estos momentos no podía hablar prácticamente.- ¿Es...estás bien? ¿Llamo a una ambulancia?

- D--dila.. qu--e p..pare- murmuró él.

- ¿Qué? ¡Para!- grité, a nadie en concreto. De repente él se quedó en el suelo respirando con dificultad.- ¿Mejor?- le dije. Él solo asintió.

- ¿Por qué le defiendes? ¡¡Es un traidor!!- gritó la pequeña, mientras me miraba a los ojos.

- ¿Traidor?- repetí.- Él no es ningún traidor.

- ¿¿ES QUE NO LO VES??- gritó Caleb.- Te ha borrado la memoria.

- No me ha hecho nada.- murmuré entre dientes.- ¿Quiénes os creéis para decir ese tipo de cosas?- ellos tardaron un poco en responder.

- Somos tus hermanos...

1 Ayuditas^^:

Rose.Twi dijo...

Siento no haber escrito antes, pero he estado bastante liada con los examenes...:( Espero de todas formas que os guste el cap(aunque se lien un poco las cosas dentro de nada se solucionarán y se dara una explicacion a todo)Ahora pondré las fotos de Caleb y Daphne(personalmente, los adoro a los dos^^)Ia sabreis mas adelante el porqué.

PS: Acabo de solucionar el problema de los comentarios en el blog, asi que, por favor os lo pido, que comenteis. Si teneis algun problema decirme.
Bss a todos.
Rose.Twi